domingo, 5 de mayo de 2013

Sanguche Dominguero: Hard Ticket to Hawaii / Miami Connection


Una pelicula dominguera puede ser cualquier cosa, es verdad. Sin embargo hay ciertas unas que gritan "PONETE EL JOGGING MAS OVERSIZED QUE TENGAS Y METE LA MANO ADENTRO POR CUATRO HORAS MIENTRAS COMÉS LO INONMBRABLE QUE HAY EN TU HELADERA FUERA DE LOS OJOS DE LA SOCIEDAD". Las que a mi me gritan así suelen ser este tipo de películas que paso a recomendar. No sé porqué, quizás hayan sido las constantes apariciones de Bud Spencer y Terrence Hill repartiendo piñas con efectos sonoros chumingos en la pantalla de Sábados de Cine cuando era chico, pero la película de acción de bajo presupuesto y la tarde vaga van de la mano como dos noviecetes quinceañeros re tiernis. Hoy les traigo un doble featurete con dos películas del mismo año, una misma temática (bajomundo-en-escenario-turístico) y una cualidad en común: el infamoso "tan malo que es bueno". Una etiqueta/tema de discusión que es tan embolante que lo vamos a saltear e ir directo al PLACER PURO DOMINGUENSE, dale?

HARD TICKET TO HAWAII (1987)

Ken y Barbie retozan nocturnalmente en un yate. Entre mimos y tragos nos enteramos brevemente que Barbie fué reclutada en una operación anti-narcotráfico y Ken no está de acuerdo, dice que no es el trabajo para ella, pero al final confiesa que no la culpa por "trying", a lo que Barbie le responde "well, try this!" y se saca la toalla para mostrar las tetas a cámara. Corte a dos policías patrullando una playa desolada de Hawaii. Descubren una plantación de marihuana y a un grupo de narcos con metralletas que los acribillan al toque. Corte a un depósito de correspondencia. Llega una caja con un cartel que dice "PELIGRO CONTAMINADA". Uno de los funcionarios accidentalmente tira el cartel al piso y esta queda como un paquete más. Zoom in al contenido:



Mas tarde nos re-encontramos con Barbie (su nombre real es DONNA) y descubrimos que su trabajo oficial es repartidora de correo junto con otra rubia bimbo idéntica a ella, también una agente encubierta anti-narco. Llegan al depósito y les dicen que tienen que transportar dos cosas: una pareja de recien casados de luna de miel (!?!) y una gigante pero INOFENSIVA serpiente. Abordan una avioneta con dicho cargamento y despegan hacia un momento musical idílico atravesando las vistas espectaculares de la isla junto con una canción lenta y relajada pero con un estribillo que advierte lo subyaciente:

"It's a hard ticket to Hawaii
It's not paradise all the time
It's a hard ticket to Hawaii
Altought it's like a dream it's not what it seems"

Y si, después de esto dejar de verla es una no-opción. Este es el punto maravilloso dondo uno entra en sintonía absoluta con lo que la película nos propone y aún así no advierte todo lo que se viene a continuación. Y no voy a spoilearlo pero si puedo advertir que se incluyen bazookas que explotan muñecas inflables... y gente escapando despavorida de helicopteros en miniatura... y más desnudos... y frisbees asesinos... y bueno, one-liners imposibles y acción increíble, pero creo que ya quedó claro de que va todo esto.



El autor de esta guarrada se llama(ba) Andy Sidaris, aparentemente un ex-director de programas deportivos que en los ochentas se embarcó en una misión de escribir, dirigir y producir películas denominadas "Triple B", de la cual "Hard Ticket" aparenta ser un enorme exponente. Algunos de sus otros títulos son "Malibu Express", "Savage Beach" y "Picasso Trigger". Viva la vida!

MIAMI CONNECTION (1987)

Resulta que la Alamo Drafthouse (una exitosa y creciente cadena de cines liderada por un grupo de cinéfilos enloquecidos de Austin, Texas) andaba de compras online de stock filmico en 35mm. Revisando la lista de un vendedor de Ebay se encontraron con un título que les llamó la atención: "Miami Connection". Cuando le preguntaron que era eso el tipo les respondió "ah, nada, una poronga de artes marciales inmirable". La copia, sin embargo, estaba en buen estado y casi regalada así que se la jugaron. Cuando la proyectaron no lo podían creer. Lo de "artefacto encontrado" se quedaba corto: Miami Connection es cine puro, una fantasía de pibe pre-adolescente cristalizada frente a tus ojos e impregnada de un ritmo atropellante. La película funciona como vehículo de su estrella (y principal inversor tengo entendido) Grandmaster Y.K. Kim pero más importante aún, de su ideología: el Taekwondo como forma de vida, unificadora de lazos morales. La amistad promueve una vida más saludable. En definitiva, eso es lo que la película quiere expresar... con ninjas.



Y.K. Kim es acompañado por un grupo de fieles seguidores / amigos del alma con quienes comparte absolutamente todo: conviven y desayunan dandose de comer en la boca, practican artes marciales, van a la universidad y por si fuera poco, conforman Dragon Sound, una explosiva banda de rock made in 1987 que son sensación durante las noches de un pub de moda local. El dueño los ama tanto que los agenda aparentemente todos los fines de semana, lo cual desata su enemistad con un CLAN DE NARCOS NINJAS que también tienen su banda propia (a quienes nunca vemos) y los desplaza del spotlight. Aquí se inserta una escena totalmente ridícula donde el dueño se agarra a las piñas con uno de los malos discutiendo sobre, esencialmente, gustos musicales.

Esto significa declararle la guerra a los chicos de Dragon Sound, que ya bastante tienen con ser todos huérfanos y representantes de cada unas de las etnias posibles. Y tampoco pueden ser indiferentes al drama familiar de Jim, el tecladista negro gay que acaba de recibir la noticia de que su padre quizás está vivo después de todo, lo cual deriva en un eterno monólogo hiper-dramatico de Jim, que semidesnudo y con una toallita al hombro (importante e icónica imágen del cine irónico postmoderno) desnuda su alma ante nosotros, jurando encontrar a su progenitor. Al terminar su conmovedor relato, Y.K. Kim se le acerca y se solidariza poniendole la mano al hombro mientras fundimos inmediatamente hacia un cachondo montaje musical con los chicos disfrutando de un día de playa, autos y chicas. Porque la vida sigue y hay un momento para cada emoción. Un momento para la obligación y otro para el disfrute. Un momento para sentarse a comer en el restaurante de tu amigo coreano y otro para rebanar cabezas de ninjas con katanas. Miami Connection pone sobre la mesa este buffet de diversas atracciones cinematográficas y crea un verdadero espectáculo, para ver con amigos y cervezas o con el jogging extra-large, solo y sin porro. It's aaall good.





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